En las elevaciones del Perú, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, se encuentra un valioso recurso alimenticio que ha sustentado a los habitantes de la región desde tiempos precolombinos: el cushuro, murmunta, llullucha, llayta o nostoc (Nostoc sphaericum). Estas cianobacterias crecen en lagunas, estanques, manantiales y puquios, adoptando la forma de pequeñas esferas negras, conocidas como uvinas, que tienen un diámetro de entre 10 y 15 milímetros, y presentan una tonalidad verde-azulada y una textura gelatinosa.
El auge gastronómico en el Perú ha revitalizado muchos alimentos, como el cushuro, que formaban parte de la dieta ancestral y estaban al borde de la desaparición debido a la influencia de otras culturas y el estilo de vida moderno.Hoy en día, el nostoc es un componente esencial de la dieta en algunas comunidades andinas, siendo de fácil acceso y de bajo costo, prácticamente gratuito.
El cushuro, con sus propiedades nutritivas y medicinales, puede considerarse un superalimento, ya que se desarrolla en un entorno natural y libre de agroquímicos. Este producto, conocido por su capacidad para fijar nitrógeno atmosférico, es una fuente abundante de proteínas, calcio, hierro y vitaminas, lo que lo convierte en un recurso crucial en la lucha contra el hambre y la desnutrición.
Según investigaciones, cada 100 gramos de nostoc contienen 25,4 gramos de proteínas, 1.076 gramos de calcio, además de cantidades significativas de fósforo, hierro y vitamina A. Su alto contenido proteico lo hace especialmente útil como sustituto de la carne en dietas veganas.
Fuente: AGROPERÚ
0 comentarios